Ha habido ahora y antes
seres con mucha añoranza
que no pierden la esperanza,
son ellos los emigrantes.
Los abuelos a los nietos
les cuentan bellas historias
con nostalgia, son memorias
de aquel joven tan inquieto.
En su pueblo había una loma,
un parque con una fuente,
se reunía mucha gente
para admirar las palomas.
Aunque se sientan felices
donde quiera que residan,
siempre habrá un soplo de vida
muy unido a las raíces.
María Luisa Fernández-