Yo esperaba en las puertas del cine aquella tarde.
Miraba una por una todas las carteleras.
Aguardaba celoso que del cine salieras.
Con leños de impaciencia el corazón me arde.
Merecía la pena acicalar mi alarde.
Se acabó la sección. Bajan las escaleras.
Me aposto en un recodo ansiando que me vieras.
Sufro porque la bulla tu presencia retarde.
Me temo que me veas tú tal como si nada.
Te suponía sola, mas vas acompañada.
¿Quién es el que te mira como yo cuando al verte?
Pero, para evitar que de mí te rieras,
vuelvo a mirar atento todas las carteleras
y mastica mi ira un aborto de suerte.
Juan Rafael Mena-
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