Un telón desolado
atado al silencio.
Noche de brumas,
donde la soledad
oscurecida de olvidos,
contempla morir las horas.
Entreabro mis manos…
Un rumor de cielos
va creciendo
entre perfiles hundidos.
En mi refugio,
una fuerza tempestuosa
grita, se enciende…
para quemar mis cruces.
Alicia Borgogno-