El viene a decirme que somos iguales.
A tocarme con dedos frios
y desvelarme en medio de la noche.
Dice que guarda mis cartas
con cintas de seda y recuerda bien mis miedos.
Recorre mi casa, ruidoso,
y se atreve a llamarme por mi nombre.
Malgasta su tiempo tratando
de hacerse amigo de mis cosas
y deja huellas sobre las mías.
Quiere hacerme creer que llora de vez en cuando
lágrimas de oro
repitiendo clichés sin vergüenza
y poniendo verdes sobre los negros.
Cree que puedo caminar sobre el agua
si él me lleva de la mano.
Y tiene la cara del que no ha perdido nunca,
ni siquiera un tren, un libro.
Viene a mí como desde el cielo
y yo debería rezarle a este ángel de piedra
cerrar los ojos y filtrarme en su luz sin brillo.
El dice que viene a amarme.
Yo lo escucho en silencio.
Sé que solamente viene a resguardarse del mundo
Karina Di Pasquale-
Pingback: 14 de octubre de 2015 : : Cronica Literaria