Camino mis días
con la sonrisa pronta
con la mirada ardiente
en este tiempo
de adherencias a mi vuelo.
Mi corazón
tiene que saltar la cerca
atravesar un desierto
sin lazo que ahogue.
Mi amor es un abanico
en pentagramas de entregas
en claves
y en fugas
a esas generosas dimensiones
del abrazo.
Cecilia Glanzmann-