que entre Tú y yo esta sea una noche de transa
y vengas a mi cuerpo, este tugurio
adonde migran los desmanes de la dicha.
ven a mí como si fueses un padre bondadoso,
un perro que aguarda detrás de la puerta
una madre con ubres terribles.
quiero ser tu martirio formidable
y canto de alabanza
pero no te atrevas a perdonarme.
Alfredo Luna-