Tras la oscura noche de mi gris invierno,
tras el silencio ensordecedor el viento
trae un nuevo nombre, uno que es mi femenino;
ese que comparte conmigo su nombre.
Trae consigo paz, una esencia tranquila
que me logra equilibrar; su magia, su risa
su mirar que me logra enamorar.
Y esta noche de Septiembre, de cielo estrellado
y luna creciente; resucitan mis versos, las
palabras se unen y escriben en su nombre.
Su pálido ser, sus manos tiernas y esa risa
que lo hace un poco más y un poco menos,
hacen de mi un ser noble.
Y la pasión de esos besos, sus manos en mi cuerpo,
su latir y sus gestos resucitan el amor que tengo dentro.
…Y todo se dio por un beso.
Cristian A. López C.-