Después de toda una vida sólo hay primavera, vuelve siempre el primer verano y las
abejas salen a buscarlo entre las flores y las montañas nace el sol cada día al alba, para
acariciar tus pétalos. Aromas de jazmín y un sinfín de colores, infinitud que corre por
las laderas. Que al abrir tu carta, entre mis manos, llegan hasta mí tus palabras azules
que vuelan hasta mis ojos con zumbidos de amor, aromas de mensajes e historias que
contar. Es el secreto de este séptimo verso, que muchos ya lo saben, que el alma nunca
muere que venimos a aprender, que una semana no se acaba a los siete días, ni un
poema a los siete versos, ni tampoco un alma, se acaba a las siete vidas, ni tan siquiera
la de un gato.
Porque es eterna, sinfín, le dijo la mariposa al gusano, antes de morir. La vida es un
poema que nunca se acaba y tus ojos que lo vean.
Salvador Fides-