Alguien si me viera,
desde atrás hacia ahora,
sentado frente a una pantalla,
con un vaso de algo en la mano,
no tan fuerte,
con un jazz en los oídos, relajado,
como un gato después de comer pescado,
relamiendo mi cuero,
descansando,
la tarde cae
como una pelota de trapo en mi patio,
y no la devuelvo,
que sean corajudos y se acerquen,
aunque sé que me temen,
yo lo estoy disfrutando,
uno nunca sabe hasta cuándo,
la muerte puede aparecer en cualquier lado,
como un ladrón enmascarado,
un asaltante de bancos,
justo cuando uno está por sacar
un buen aguinaldo,
y se lleva todo con tu vida,
y este momento se va con tu vida,
entonces disfrútalo,
si me ves ahora acá
es porque caminé demasiado,
pero esto sigue,
mañana por la mañana
si despierto,
tomaré un desayuno liviano,
y voy a marcar el mismo número
que marco hace más de un año
y me vas a atender con tu voz
de locutora radio,
y la cosa va seguir yendo bien,
muy bien.
Martín Ojeda-