Lata de penas

Suena esa lata de penas,

de marinero borracho en un bar,

costeando las olas,

bajo el sol y la luna,

en el mismo lugar

y al mismo tiempo,

las ratas esperan

en cubiertas abandonadas,

serán mis amadas,

mis comidas,

mis torturas,

mis sacrificadas,

cuando pierda el rumbo

y no haya horizonte,

porque el océano de la locura

es tan inmenso,

que cualquier doctor se puede sumergir

y nadar en él…

estoy con un vaso de cerveza en la mano,

en la otra sostengo un souvenir,

ella me lo regaló antes de partir,

es una cruz invertida que me da paz,

así vago por el mundo,

sin puertos,

sin putos lugares a donde ir,

todas las puertas están cerradas

en estos días,

y las llaves las perdí,

ella debe estar detrás de cada una,

esperándome,

ansiosa por besarme,

pero no doy en la tecla del timbre

y caigo rendido antes de llamarla,

sigue sonando ese tango lata de penas,

el techo da vueltas y vueltas,

justo antes de acostarme a dormir.

 

Martín Ojeda-