El Hombre, el mismo que duerme y sueña,
vive, muere, se reproduce, siente,
ése que tantas veces se arrepiente,
se hipoteca, respira, roba, empeña.
El Hombre, el mismo que palpa y toca,
seduce, imita, llora, miente, humilla,
ése que tantas veces se arrodilla,
que interpreta, predice y se equivoca.
Ese Hombre que se cree que el mundo es suyo,
que por su propia especie es devorado,
que empuja a los demás a sus deseos.
Ese Hombre que aniquila con orgullo,
que lo ajeno es su bien más deseado,
ese Hombre tiene estatua en los museos.
Amado Storni-