Te doy el silencio de la palabra,
¡tinta que roza las venas del alma!
te doy el sonido de la hoja, el crujir de la cama,
te doy lo que es tuyo, lo que quedó guardado
en mi propio mundo.
Te doy el amarillo de las fotos
el blanco de la vida, el rojo del amor;
te doy un ejercicio de poesía ¡porque eso soy!
Te doy el hoy y no el mañana…
(no te doy el amor)
te doy un instinto de creación,
te doy la inspiración, la musa,
la sal, la carne, y te doy… ¡lo que sos!
Adriana Leticia Barcia-