VIDA, hazme un favor.
No te arranques de mí,
no me abandones
donde abrevan las sombras
el líquido venal de lo inexplicable.
Déjame seguir un poco más
en este peregrinar que a veces duele,
y otras, es un cielo
de increíble ascensión.
Concédeme el milagro de tus horas
con los soles en la acodadura del viento,
para recoger la tempestad o la brisa
realidad de tu tiempo.
Deja que la piel se me racime
en el rostro anquilosado del invierno,
y que mis manos escarpadas de siglos
escriban sobre la transición del hombre
humanizado.
Sólo entonces VIDA, llévame a volar
junto a los pájaros de la noche,
después que haya dejado emancipado
el último poema de amor,
para mi pueblo amado.
Víctor Hugo Tissera-
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