Detrás del ventanal,
caramelo transparente
que apacigua la mirada
veo gente vestida de mediodía
paseando sus pausas
o sus ajetreos.
El clima entre frío y templado
regocija al árbol
de alegre iridiscencia.
Una paloma camina
cabizbaja en traje gris
dirigiéndose
al palacio de justicia
donde los antiguos ascensores
la esperan para llevarla
hasta el juzgado de turno:
uno de tantos trámites
que el invierno realiza
mientras, aquí en el bar,
las sombrillas plegadas
me hablan de un
sol fenecido.
Roxana Rajmilchuk-