Para bucear tus aguas claras,
previamente necesario será
exorcizarme del mundo,
pelar una a una
las cáscaras
que recubren mi alma.
Será imprescindible
que deje a tus orillas,
junto a la ropa,
las pólizas de seguro rotas,
los títulos, las identidades,
todo lo que pervierte y distrae.
También será indispensable
deshacerme del tiempo
y sus maldades,
del cuerpo
y sus vicios.
Y así,
una vez purificado,
en tus aguas
poder entrar,
desintegrándome,
para renacer en vos.
De Mínimamente
Gito Minore-