Ya no seré la que delira
por nada
sólo escucho los homenajes
que desnudos caen sobre el
cuerpo
-ese que no sé de quién es-
mañana entraré al mundo
con vestido de encaje
con el amor en la mano y trataré
de sentir la locura de lo extraño.
Espero con la duda en la carta marcada
que tus labios muerdan las coordenadas
y laman lo que dejé abierto
para que te atrevas.
En cualquier lugar mes o segundo
a beber los jugos que se derraman.
Graciela Wencelblat-