América sin más nombre que tu solo nombre
sin más hoy que el que nos dejaron,
crisol de tristeza, fragua de la alegría.
Tierra de los diaguitas, incas, toltecas, mapuches,
pampas, matacos, tehuelches, sioux, chiuanos, kaiapos
no quedan más que memorias de sus lejanos tambores.
“América de los americanos, América de todo el orbe”,
continente donde mezclamos, las sangres y los amores
indios, colonos, conquistadores; hoy somos tu sal y tu siembra.
América de Walt Whitman, Neruda, Vallejo,
Luis Franco, Martí, Javier Heraud.
Suelo de la desnutrición, los caudillos y los esclavos;
horizontes del horizonte, las “nuevas Indias” y “el cabo”.
América conectada con el pasado y oriente,
la de la coca, el peyolt, la chicha y el pescado.
Comarcas del Machu Pichu, del Titicaca y el Ande.
La de la cruz y la espada, de mitos y de leyendas,
de brujos y sacrificios, de “civilización” y de mártires.
América de Tupac Amaru hollada por la tortura
los soles y los quebrantos, la muerte y los centenarios.
Elegía de la esperanza, fénix de razas y llantos,
letanía de tantos hombres, América de antepasados.
América con la ilusión de la ciudad de los Césares,
el oro se lo llevaron y no quedan más que sueños
para escribir este canto.
Guillermo Juan Ibáñez-