Así como el viento
y la risa por la oscura
boca de los muertos pasan
o una súbita tormenta
quebrando un cristal de verano
entre sombras inclinadas.
Arduo paso las llevaba y rojas
cenizas de sol cayendo a plomo
sobre la senda breve de los otros.
Esto digo de aquel tiempo
en que aún amanecía. Donde quemaba
la hierba: así, como fuera del mundo.
Alejandro Drewes-