Saca de su galera,
con un suspiro,
un te quiero luminoso,
tres besos dulces y tibios
y su mágica varita
convierte la pena en sol.
No alcanzo a ver su sonrisa,
la esconde su timidez,
pero su luz me acaricia,
acompaña, fortalece.
Su solo decir hechiza.
Hay un mago en mi vida.
Lo trajo una suave brisa
y a mi lado se quedó.
Elsa Hufschimid-