Me quedo en tus pupilas,
deshilo paseos
creo,
muerdo,
con sangre en mis labios.
Y calzo en tu corazón.
Y me recuesto en tus plegarias de primavera
inertes por colores estampados en memorias.
Y me amarro al grito de tus ojos.
Y me hago perdurable
porque creo en lo próximo,
y digo sí.
Y hago escala en tu bálsamo.
Y me derramo a tu semblanza.
Y me despierto en la realidad de tu dibujo.
Y soy miel en tus venas.
Y soy sol en tu nube de tristeza.
Y soy el mañana en tu ayer.
Y soy esperanza en tu pérdida.
Y me hice tamo eterno en las incómodas pruebas de la duración,
para creer que las lágrimas nunca volverán a mis ojos
para verte sonreír en un segundo
corrido de la realidad post-moderna.
Gloria Mazza-