En el laberinto de las yemas
vive un hombre que atesora
revelaciones de ti.
Corre a la orilla
tras cada marea de la caricia
a recoger objetos y sustancias
la conchilla de luz
cada artesanía que el oleaje desembarca
la espuma lunar
que crece en el viento de las profundidades.
Su casa respira en el centro del tacto,
y en medio de ti
su país que despierta con tu boca.
Gabriel Impaglione-