puente y no río
qué –espurio- ofende
en la entraña del reino
puente y no río
la sombra obesa imagina
la eternidad perfecta
enfermo y dolido
aborrece la turbulencia del agua
que escupen los cielos
ríen del maestro y alguno
atreve una piedra
a su frente
parménides deplora
sin gestos y repite
la condena del hado
“nada –una rama
se hunde en el río-
podrá hacer que el no ser
sea”
y se quita la sangre
Carlos Roldán-