Nace el color como la aurora nace,
en un parto de luz, rosa, violeta,
la llama horizontal que busca el cielo.
Me cruzo con tus ojos, anónimos, perdidos,
con tu mirada sola,
y por la calle cuando pasas con tu crespón oscuro
me hieren las preguntas lo mismo que cilicios
que asesinan la carne.
El mundo es más pequeño
cuando se ignora la voz que no se anuncia,
y envenenado de alfileres
se oculta la salida.
La rabia se ha prendido en mi garganta,
y entonces yo siento que me llamo
todos los nombres de mujer.
Del libro Habitando la sombra
Milagros Salvador-