No puede aún discernir con certeza
si esto es realidad o un engaño más
de un pretérito intento.
Ante tantas señales reunidas
y el incesante alboroto del mar
entró en él la imprevista nostalgia
de un feliz encuentro en un abril lejano
y revivió con pena un ruego inmerecido.
Hoy al cruzar un día de marítima calma
y libre ya de toda incógnita agresiva
siente una intacta imagen de los años
e imagina enternecido aquello
como si en ese instante sucediera.
Luego todo fue lleno de mar y sol y cielo
en el gualdo espesor de una mágica tarde
al mirar displicente los efímeros rastros
de titubeantes pasos dispersos por la playa.
De Al mar dejo esta voz
Julio Bepré-