¿Y tú quieres mujer, que en una estrofa
te dibuje mi amor en pinceladas?
un poeta no escribe mascaradas
ni se presta al escarnio de la mofa;
simplemente, el bardo que deshoja
un clavel inventando madrugadas,
vive un mundo de lunas desposadas,
de una niña que besa y se sonroja;
de toda egolatría se despoja
y en el estro fulgente que lo arroja
a su estela fantástica en delirio,
tú podrías decir, en raro ensueño,
que en la nube que pasa va mi sueño
rodando en una página de lirio.
De Prismas de Gualdas
Rodolfo Leiro-