Comienza en el Edén su larga historia
cubierta de pecados y placeres,
tentación que destruye los deberes
y un mordisco se yergue en la victoria.
Su sensual inducción condenatoria
en sabores repliega apeteceres
y mortales, hoy somos, por ayeres
que culminan en dura purgatoria.
Hoy descansa, rallada, sobre un plato
que en infancias recoge su dulzura;
es Eva, nuevamente, quien la ofrece
cabrilleando su cálido arrebato
y en la fúlgida huerta la apostura
del mítico manzano, resplandece.
Betty Badaui-