Últimos días del invierno.
En el jardín de mi casa
nievan pétalos de flores
de delicados colores:
blancos, rosados y plata.
Se deslizan del almendro
que se yergue protector
contra el cielo azul fundido.
Elegante y sugestivo,
del cuadro el primer actor.
Todos los años espero
su sonrisa hecha capullos
que anuncian la primavera
y es una cita primera
de este romance mío y suyo.
Fue creciendo como un hijo
y hoy, tan alto y arrogante,
me muestra su copa henchida
de fortaleza y de vida
sugiriéndome… «adelante»!.
Si el destino nos aleja
y da luz a otras miradas,
guardaré un recuerdo tierno,
cada epílogo de invierno,
para su estampa admirada!
Silvia L. de la Cal-