Poemas

Vida cerrada

Avanzaba la noche por las calles de siempre

entre un barullo de elegías vacuas

y el manso discurrir

de un conformismo en el ayer anclado,

hijo de la ceniza y de lo inmóvil.

Las insatisfacciones, las polémicas,

esas guerras febráticas del alma,

esas pisadas nunca compartidas…

corrían cortejadas por conflictos

semejantes a olas extraviadas.

Los abismos de sangre lastrada e insondable

se hallaban al alcance de la mano,

aguardando quizás el gran momento

para expandir su imperio de tumores

y heridas que no sanan.

Por los aires sin rostro, desnudos como un cardo,

volaban hábilmente las sombras de lo efímero.

Avanzaba la noche y, con ella, la vida

cerrada a los deseos

del hombre sin aplausos merecidos.

Sólo a los buitres fatuos y arrogantes

se les proporcionaba un lugar en el cielo.

A ellos que nunca transformaron muros

en ternura de madre,

o en ilusiones jóvenes,

o en cálido regazo para niños.

Del libro inédito Los puentes debilitados

 

Carlos Benítez Villodres-

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *