Amparado por una lejanía imprecisa…
Tú, duermes.
Yo velo.
Desgarrada por la urgencia que tu ausencia me genera.
Vuelo
y busco un accidente en el cielo: quizás,
el descuelgue sin aviso de alguna estrella fugaz.
Tú duermes.
Yo me volteo y volteo…
Con un arqueo en el lomo se me disparan los sueños.
Invento
los que me cuento despierta cuando de a poco te muestras
por pedazos ( por fragmentos ).
Tú duermes.
Yo espero.
Y me recorro en despacio para sentir que me sientes.
Oscura
por no iluminar mi NADA con nada de lo que quiero:
son…tus detalles pequeños.
Tú, duermes.
Yo quiero.
Nada más ni nada menos que la gracia incomparable
de lo que NO se está cierto.
Ausculto…
rescatando de entre las sombras aquella forma insinuada
y ansiada por mi pasión.
Tú, duermes.
Yo deseo.
Desde tus palmas en bruto hasta el fragor de tu aliento.
Me enciendo
bajando desde mi hombro, inspeccionando mi vientre
con el ardor de mis dedos.
Tú, duermes.
Yo me encelo.
Hasta de la manta envuelta en tu cintura dormida.
Me pierdo
entre tu ser, el dormido y entre el soñado, enclavado
a lo largo de la noche
y a lo hondo de mi cuerpo.
Y tú… ¿duermes amor?
¿Y esto que a mi lado siento?
¿Y esto que moja mis sábanas?
¿Y esto que estalla por dentro?
Tú…
¿Será que ya has despertado amor?
¿O soy yo que aún te sueño?
Amanda Espejo-