Poemas

Madrugada

Aparece un resplandor

en el cielo. Desvelada

por motivos del amor

me encuentra la MADRUGADA

murmurando una oración.

Logra el cuerpo entumecido

incorporarse del lecho.

No se escucha otro sonido

que el «tic – tac» dentro del pecho

trepándose a mis oídos.

Me acompañan obstinados

pensamientos recurrentes,

objetos inanimados,

y esa presencia ausente

que me nutre de pasado.

Se asoman a la ventana

mis ojos y mis ojeras…

Llegando está la mañana

con sus angustias y esperas,

con sus ansiedades vanas.

El frío del suelo en mis pies,

el frío del vidrio en mi frente,

un leve llanto después…

Monedas de sol naciente

que no alcanzan esta vez!…

 

Silvia L. de la Cal-

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *