Poemas

La noche es un pan duro

desde la noche del dolor yo y nosotros estuvimos ahí

en ese pozo ambulante

desbocado reloj que es tu vientre

ahí, el pulso llega hasta la pleamar de la náusea;

interpela el canto de Dios tu desvelo,

como si Él hubiese hecho algo todos los días

de ese fugaz paraíso

salimos sin pudor, como animales hidrocéfalos,

aprendemos otros nombres,

y las infinitas versiones del error y del castigo.

 

Alfredo Luna-

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