Poemas

El aguafiestas

Abuela regaba las plantas del jardincito del frente,

era verano, hacía calor y nosotros (mi hermano,

un vecino y yo) jugábamos a que no nos mojaba.

La abuela se olvidaba de a ratos

de las alegrías del hogar, para

dirigirnos un chorro traicionero

cuando nos encontraba distraídos.

En eso estacionó un auto y bajó

cierto burócrata que decía responder

a la municipalidad. Anotició a mi abuela

que le haría una multa porque mientras

ella jugaba al carnaval con sus nietos,

en el centro los vecinos estaban sin agua.

Nosotros teníamos agua de pozo, es decir,

la casa se alimentaba no de la red

sino de una napa subterránea

extraída a fuerza de motor.

Pero abuela, cohibida, aceptó la multa

y claro, el entretenimiento carnavalesco

se acabó allí mismo.

 

Maximiliano Sacristán-

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