Amo los cuerpos donde el sudor y el tiempo echan raíces – Jorge Riechmann
Absuelta de mi pecado en tu piel
me perdono
y acepto que también mi piel
es el pergamino grabado del pretérito,
y que uno de sus bordes
aún está en blanco.
Mi autoconfianza macerada
e imperceptible al mundo,
se va recuperando al paso de tus labios
y voy resucitando ese deseo erótico
donde renazco
mientras tu tacto me desmiente
cuando creo que soy otra.
Del libro de la autora: Migración a la esperanza
Marianella Sáenz Mora-