Ahora andarán diciendo
que voy por la vida
como iris migratorio,
sin moldes ni orillas.
Sumido en cúmulos nocturnos,
arbustos desarraigados
construyen
mis evoluciones geológicas.
Formo parte de mis sueños
en tiernas semejanzas
incitándome a amar las distancias.
La soledad huye
cuando anudo cabelleras hipnóticas.
Enlazándome a tu cintura cambiante,
no apresuro pasos.
Veo germinar en nuestras entrañas,
nuevos universos.
Si he de invocar
la indisoluble combinación
del espíritu y mi otoño,
será en lo que perdure:
futuras estampas
y ciertas antiguallas
que tal vez
alguien recuerde.
Jaime Icho Kozak-