Anida en las sombras que alguna vez
fueron dejadas de lado por los vértices.
Ella lo sabe.
Su rítmico suspiro
acaba por desarticular los interrogantes.
Corrige los recuerdos buceando
entre las sinuosas formas del absoluto.
También lo sabe.
Recoge los misterios y se evapora.
Nunca llovió en su ventana.
Ella jamás lo supo.
Horacio Gómez-