Cuando la noche retarda las sombras,
la luz se estremece tímida en el estero,
una apolillada luna cae sobre el agua turbia;
y un perro la traga de un solo sorbo.
En el lodo las ranas toman la piel del sauce,
su croar empuja la tarde lacia
y roen alambrados los pinchos duros
del algarrobo.
La música del viento ondea el llano
cabe entera en una sola nota
corre y despeina los pastos tiernos
para tocar quena entre cañaverales.
(Mi música no cabe en ninguna nota.)
Las voces se pierden en coros lejanos.
(Mi voz es una apagada vela.)
…Por algún camino entrará la noche
…y se abrirá entera en mi propia hondura.
Edda Ottonieri-