He comenzado a fatigar tus calles
Nuevamente pueblo asolado.
Con paso cansino recorro tu
Geografía larga y serpenteante,
en la cual los verdugos de ayer
señalaron, inquisidoramente,
rotularon, etiquetaron,
discriminaron, condenaron,
a cuasi-niños, a jóvenes, a viejos, a
hombres y mujeres,
que no pensaban como el poder
uniformado de turno.
Esbirros de los poderosos,
Soplones de los mandamás,
Lacayos del latrocinio, la tortura y la muerte
De la soberbia hecha poder.
Nunca dieron la cara,
No tuvieron el coraje,
Urdían sus sucias labores en la impunidad
Del poder omnímodo y en la oscuridad
De sus guaridas planearon
Los dolores y sus saqueos,
la buena fortuna, sus valijas llenas
y su impunidad.
Varios caminan todavía las polvorientas
Calles de aquel Páramo
Rebelde y hasta reparten invitaciones
Con auspicios oficiales.
Por sus caminos hay mucha sangre,
Por sus manos mucha muerte.
No lo olvidaremos nunca.
José Luis Planas Osorio-