No temas, palabra: te acunaré esta noche
al son de una nana de sonidos muelles.
No creas en esos truenos:
son apenas oscuridades de fusiles;
ni en esos pasos:
nada más son hombres y mujeres perseguidos.
Acurrúcate aquí, en este rincón de mueca,
hasta que crezcas
y puedas ver de cerca lo que pasa.
Aspira el viento preso entre luz de luna y hojas tristes.
¡Estás a salvo!
hay bajo los escombros un hueso que te espera
un pabellón ondeante
una victoria prometida
y me tienes
me tienes
para que mañana
cuando recorran los senderos para ver qué ha quedado después de la tragedia
encuentren tu símbolo perfecto
tu belleza inolvidable
tu profética esencia hecha de mundo
del hombre
para el hombre.
Susana Lizzi-
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