A René Villar, poeta y amigo
El poeta
desmenuzó con prolijidad
el silencio
hasta convertirlo en canto.
Sobrevoló el tiempo
más allá de cualquier orfandad prematura.
La muerte
neciamente
se atrincheró en todos
y cada uno de sus poros
pretendiendo enarbolar sus cenizas
como conquista
sin saber que ella
es sólo una estrofa más del poema.
Nunca la última.
Horacio Gómez-