Tiempo inhóspito e implacable,
de aristas polvorientas,
de visión nublada.
Paisaje grisáceo, mustio, silencioso.
Dónde se encuentra sosiego,
dónde se ve la luz.
Inspiración necesaria
para encontrar otros tramos,
otras salidas.
Entristecido atardecer
donde resuenan las sombras,
y está quieta la conciencia
por la incertidumbre,
el miedo, las pérdidas.
Intentos que agitan penumbras
enraizadas en lo profundo,
ensambladas en el desaliento.
Desamparo generoso cubriendo
las ansias, los deseos, la esperanza.
Quizás haya un amanecer
distinto, coloreado y brillante
que no deje dudas,
sinsabores, ni resabios.
Un nuevo despertar donde
se renace una y otra vez
desechando lo definitivo
para dar paso a lo efímero.
Graciela Di Laudo-