Constantinos Kavafis, esta noche
estoy parado
entre tu ayer, mi hoy
y tu distancia;
junto al palo mayor,
mi vieja barca
ya no resiste el embate
de mis tiempos
y siento que no puedo
regresar a Itaca.
Penélope, o quien sea,
en esta hora
ya no teje en la urdimbre
de los días,
ni los sueños, ni el amor
ni la esperanza.
Es que, sabes?
no hay peor exilio
que la vida prolongada más allá
del horizonte,
hacia el confín eterno de la nada.
Constantinos Kavafis,
ruega por nosotros
en este día, en esta noche,
en esta hora;
por los que aguardamos
al final
de la jornada,
aunque sea en semilla,
volver a Itaca.
Gustavo Córdoba-