Poemas

La otra esquina del silencio

Cómo estrenar la sedienta

placidez de mi doctrina,

cómo eludir la otra esquina

del silencio. Ya no hay cuenta

sobre el plato. No alimenta

el castigo al penitente.

Sólo una voz, en la fuente

adúltera del después,

logra salvarme en los pies

monótonos del ausente.

 

Miroslaba Pérez Dopazo-

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