Aún así, erguida y orgullosa de su nada,
muestra sus cabellos plateados,
nevados de años con brillos de sol,
una beldad estática, mantenida sin ayuda de nadie,
recordando ella sola, ella sola,
el cortejo del amante ausente,
perdida la atrevida manía de simular el ensayo
de una limosna de amor…
donde su honor, vive solemnemente el deleite
del recuerdo escondido.
Gustavo Vaca Narvaja