No me extraña lo que siento
milagritos de un momento
que bien hay que aprovechar.
Aprendí
que si la luna te hace un guiño
hay que seguirla en pos de olvidos…
es tan dulce,
tan esquiva,
tan redonda
y tan sin par…
que vibro
como un barrilete al viento
suspendida de tu aliento
ya no quiero más bajar.
Y vibro
como un pájaro de nieve
que adentrándose en tu invierno
va buscando su final.
Y vivo
en tu cima, tus auroras…
No me detengas ahora
que te puedo iluminar…
Norma Núñez