Conozco a un árbol
de magnífica copa amplificada
ciudad cosmopolita de infinitas
hojas verdes y ocultas ramas.
Su amplio tronco
no se queja por la magnitud
de verde iridiscencia
que le ha tocado en suerte
llevar en lo alto.
El viento bienhechor
no inmuta a la copa gigante
más bien la mantiene
en digna proporción
sosteniendo el follaje que apenas
contonea.
Las palomas parecen esquivarlo
demasiada copa para albergar
humildes semillas.
El gran árbol las llama:
las palomas apenas se aproximan.
Poema del libro Filigranas
Roxana Rajmilchuk–