¿Quién soy?
Soledad profunda como la sombra
Enterrada a la orilla de una lámpara
Pensando, triste, alegre, triste,
Mientras tu alma interminable
Ronda.
Soy esas mismas olas
Que hora tras hora
Buscan raíces terrenales
En la sustancia del cuerpo,
Desnudando el nudo
Desenredándome del tuyo.
El viento me canta, me cuenta las horas
Al azar, me trae ecos de fuego, de pasiones
Y nostalgias que nadie llama.
Herida de tus virutas, tu pelo colocho
Bailo el incendio de mi alma.
Mis árboles arden, mis raíces llamean, chispean,
Quemándose de nuevo, dan luz.
El bosque, triste, con la llama solitaria
De tu cruz.
Yo lejos ahora, a la hora azul
Regreso al abanico inmenso del mar
Como varilla, como rayo de luz,
Yo mujer, era allí, eran mis aguas.
Desbocada, violenta, estirada desde el cielo
En la soledad del mar, grito triste mis furias
En el vaho del mar, corren libres mis locuras
Con las piedras pulidas que golpe a golpe
Agotan sus ásperos gritos de vida.
Vida de antes, de nadie, vuelta mía,
Allí camino largamente, pienso en ella.
Extraña, ya no soy cosa,
Presencia familiar y ajena,
De bruces de noche
Del molinero taciturno.
Lejos de tu ciudad, soy bruja,
Soy mi propia brújula.
Mis esperanzas fueron sombras
Para ahogar los lamentos
En medio de las brumas
Que entierran lámparas,
Desvanecen imágenes
Allá arriba en el campanario
Suelto mi pájaro, pensando
Más lejos que nadie, lejos
De ti también.
Quien soy, pensando en profunda soledad.
Desenredando sombras.
Helen Dixon-