Que la desolación no te alcance
en esta hora.
Permite que la angustia
pase de largo.
Líbrate mientras puedas
de los recuerdos
que hacen daño.
Guarda celosamente
los nombres
que a duras penas
cargas en la memoria
para que sus viejos moradores
descansen en paz.
Que no te tiemble el pulso
ni vuelvas la espalda
mientras lanzas la granada.
Del libro Parte de Guerra
Carlos Ernesto García-