Amor
cobíjese en mi pecho
tibio
palpitante
pan caliente.
No hay caminos
En este pecho
senderito distinto
-aroma lila para la fina corteza de su vida-
que no es nido ni hallará tesoros
usted puede llorar
sin ser visto.
Amor
hay olor a lluvia
mezclado con el suyo.
Hay silencios. Hay signos
obstinados.
Bajo párpados húmedos
pupilas que titilan.
Buscan un sol
una estrella
un cometa.
Al niño.
Poemas del libro Del otro lado del eclipse
Elsa Abate-