Poemas

El río

Padre río, olvidado dios,

que sin tregua vas pujando tu destino.

A la vera de tu cauce

yo te miro crecer y descrecer.

Y asumo el desvelado pulso

que te lleva hacia el incesante

tráfago en donde tu vida líquida

… se desparrama.

 

¿Quién eres? Pareces preguntarme

cuando pasas convertido en caudal espeso

de arcillas rojas en la corriente rumorosa.

Te respondo: soy el que asomado

a tu lecho espera descubrir en él

parte de su propia e infinita memoria.

Y el que siente tu historia andariega

como un eco prolongado de la suya.

 

Yo también voy, ensimismado y solo,

atento el corazón hacia todo horizonte,

pujándole a la suerte desde un origen remoto.

Y sin saber qué aguarda

más allá del cierto e inevitable

… y último recodo.

 

Luis Alberto Taborda-

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