llueve en mí: el agua se crispa en reproches de azufre
y es mi cuerpo este esplendor en ruinas,
hay una sierpe degollada
que rueda por mi sangre hasta la página
por apenas una gota de belleza que diluya en la bruma
la forma con que amaso el delirio.
dejo la vida en las puntadas de esta trama;
la parcho con restos de caricias sin memoria
con el vacío que me colma de viento
voy armándome,
tejiéndome con palabras de miel, de acíbar y con lo mudo
por culpa de esta obstinada tara de vivir.
empiezo cada vez desde mi fondo ebrio de miedo
amarrado a mi desdicha.
amago el último gesto. me entrego. no basta.
Alfredo Luna-